Cuando empezamos a trabajar con reiki surgen unas resistencias de las que pocas veces se nos habla o informa y que a nosotros nos gusta hacer un símil comparativo con la limpieza a modo de que pueda entenderse mejor y con el fin de amenizar el proceso.
Si un cristal está muy sucio y se limpia, se puede ver a través de él, mientras esté sucio, no podremos ver nada y nuestra única realidad es que «el cristal está sucio y no puede verse lo que hay detrás de él»
Pues bien, hacer reiki es ayudarte a limpiar ese cristal, para que veas que trás él hay cosas diferentes, hay cosas bonitas y feas, pero diferentes de la suciedad que véis en ese momento. Además, limpiar cristales cansa mucho, por eso, Reiki a veces también puede producir una sensación de cansancio y de no querer continuar..
Sólo aquellos que continúan y pasan esos momentos de dolor y cansancio (como limpiar cristales), pueden empezar a ver una realidad diferente que les ayuda a sentirme mejor consigo mismos. Pero el momento de la limpieza, siempre va incluido en el «kit de hacer reiki».
Así os aconsejo que cuando alguien os dice que «hacer reiki es maravilloso», inmediatamente preguntarle: ¿Y cómo fue el momento de limpieza que hicistes con Reiki?, y os aseguro que primero como alumna, después como ayudante en cursos, luego como terapeuta y ahora como maestra de Reiki, si alguien os dice que en ningún momento ha sido doloroso, es porque realmente no se está trabajando con Reiki.
También os aseguro, que en estos momentos yo siempre defino el Reiki: «cómo el regalo más maravilloso que me ha dado la vida», aunque ésta no fuese mi opinión durante los primeros años de autotrabajo con Reiki.
Muchas gracias.
Montserrat Oliveros González
Maestra y terapeuta de Reiki
Miembro de la Federación Española de Reiki 1532