Si en otros posts ya hablábamos sobre el sistema de sanación natural Reiki y sus principios, en este artículo vamos a centrarnos en los efectos y sensaciones que tiene sobre nosotros un tratamiento continuado con Reiki.  Ya sabemos que esta energía universal restablece la armonía interior, pero han de tenerse en cuenta algunos de los efectos físicos y emocionales que se destaparán durante el tratamiento, y que deben ser siempre integrados para evitar que la terapia energética resulte desestabilizadora.

Sensaciones durante el tratamiento

Las sensaciones son diferentes para cada individuo, y van desde cosquilleos hasta cambios significativos de temperatura, pasando por emociones liberadas, estados agitados del ser o extrañas visiones. Su presencia es siempre un indicador de que la energía fluye y realiza su trabajo, por lo que no hay motivo para asustarse. Este momento de aparente desequilibrio o malestar ha sido denominado “Crisis de curación”, caracterizada por un aparente empeoramiento de los síntomas y las dolencias, y que lleva erróneamente a muchos pacientes a desistir en el tratamiento.

Durante las sesiones continuadas de Reiki, la energía desata nudos interiores que permanecían ocultos para nuestra consciencia, y su resolución e integración es una tarea que depende exclusivamente del paciente. Puede llegar a sentirse miedo, ansiedad, tristeza o incluso odio, además de otros síntomas físicos poco habituales. Este proceso responde a una liberación, es el mensaje que Reiki nos entrega: “sólo tú puedes superar esto, yo estoy aquí para acompañarte“. La energía dirige su atención a los problemas y nos ayuda a tomar plena conciencia de aquello que debe ser trabajado. Recibir una imposición de manos cada cierto tiempo sin trabajar interiormente hace que cada sesión pueda caer en saco roto. Reiki nos indica el camino y lo recorre a nuestro lado, a la vez que elimina los síntomas físicos, pero somos nosotros los que damos los pasos que nos ayudan a seguir evolucionando.

A pesar de que Reiki realiza su trabajo con efectividad, la implicación del que lo recibe es fundamental. Podemos decir que la curación es responsabilidad individual absoluta, y Reiki es el apoyo a un trabajo de crecimiento interior. Además de las sesiones, el paciente debe cambiar su forma de pensar, así como abandonar viejos patrones que limitan el desarrollo espiritual, mientras que el terapeuta debe entregarse al proceso acompañando a su paciente con dedicación, entrega y mucho amor. Un tratamiento con Reiki exige la implicación total de paciente y terapeuta en el proceso.

El problema es el nudo, no la enfermedad


 

 

Por ejemplo, ante un síntoma en el cuello, puede que estemos somatizando un problema de comunicación. En este caso, Reiki
trabajará tanto en la zona corporal concreta para aliviar el dolor como en el nudo interior que ha provocado ese problema, un problema que posiblemente tenga algo que ver con el flujo comunicativo que establecemos con nosotros mismos y con los demás. La forma en la que Reiki pone de manifiesto el nudo interior genera una agitación (crisis de curación), y a través de este estado tomamos conciencia de nuestra herida. Una vez entendido que Reiki nos pide que lo solucionemos juntos, debemos comenzar a trabajar para restablecer el flujo de esta energía tan importante para nuestra armonía que es la comunicación. Si el nudo no se desata, Reiki no va a obrar milagrosamente, puesto que somos nosotros quienes han creado ese problema.


Sólo por hoy:Reiki es un tratamiento holístico que afecta a mente, cuerpo y corazón. Si entendemos la enfermedad como una reacción biológica natural que nos avisa del trabajo interior que debemos realizar, dejaremos de “pelear” contra los síntomas para comenzar a entenderlos, lo que nos permitirá percibir a la enfermedad como una oportunidad para aprender lo que debíamos aprender. El resto depende enteramente de nosotros, porque Reiki es Amor, y eso mismo somos también nosotros: puro amor; pura energía universal.

No te enfades
No te preocupes
Sé agradecido
Trabaja intensamente en ti mismo
Sé amable con los demás