Desde que empecé a hacer terapia de flores de Bach, me interesó el tema más allá de paciente, quería saber más y decidí hacer un curso de terapeuta de flores de Bach.
Mi terapeuta era Montserrat Oliveros y le dije que quería hacer el curso con ella. Ella me dijo que ella  aun no hacía cursos de flores. Le dije que ya lo haría y yo lo quería hacer con ella.

Poco después montó un curso en Hermes cuida’t i apren y fui una de las primeras alumnas que  lo hizo. Lo quería hacer con ella, porque tanto el reiki como las flores de bach, las hace de forma vivencial y para el día a día. Eso era lo que yo buscaba.

Es este curso, cada semana tomábamos una esencia, sin saber cual era, y experimentábamos sensaciones.

Era curioso porque nunca sabías si eran las flores o no, hasta que llegabas al curso y veías que a las compañeras les había pasado algo parecido. En la puesta en común veías matices que te habían pasado desapercibidos y las flores quedaban muy claras.

«Sentir el efecto no es lo mismo que estudiarlo.»

«Sentir en primera persona los efectos de la flor para mi, es la mejor forma de saber cómo se sienten las personas que la toman. Así  me es más fácil poderlas recetar a mis pacientes.»

Después de hacer el curso y ver la evolución del mismo, sé que he aprendido muchísimo sobre flores, pero aún más sobre mi misma, he evolucionado mucho en mi propio crecimiento. Recuerdo momentos muy intensos en los que las flores removían aspectos de mi vida que requerían una respuesta por mi parte e incluso llegué a plantearme abandonar el curso.

Al tomar una flor por semana, no hacíamos tratamiento, esto hacía que cuando aparecía un grupo de flores al que eras especialmente sensible, resultaba un poco duro.

Me alegro de haber continuado hasta el final, pues he evolucionado mucho. También me ayuda a comprender a mis pacientes que realmente no desean evolucionar y entiendo que dejen la terapia cuando ésta  esta removiendo demasiadas cosas interiormente. porque sé que cuando estén preparados volverán a hacer terapia conmigo o con el terapeuta que les sea más adecuado en ese momento de su evolución.

Todas las compañeras que hicimos el curso, pasamos por algún momento de dudas, unas seguimos adelante y otras lo dejaron, pero todo tiene su momento y ese era mi momento de convertirme en Terapeuta de Flores de Bach.

En todos y cada uno de los grupos de flores, aprendí nuevos aspectos de mi misma y se me abrieron nuevos caminos a seguir en mi propio crecimiento, en cosas que día a día sigo trabajando para mejorar.

«Los terapeutas seguimos trabajándonos
a nosotros mismos día a día.»

Es importante sentirse parte del grupo, ya que ves que las personas que te rodean tienen las mismas vivencias que tu, en otras situaciones pero las sensaciones son las mismas.

«La vivencia de las compañeras te ayuda a profundizar en la flor y te ayuda a superar los momentos difíciles.»

Sin esta interacción hoy quizá no sería terapeuta de flores. Desde aqui les quiero agradecer su apoyo y sus ánimo en los momentos de duda, esa fuerza para seguir adelante.

 

¡Gracias Estela, Mercè, Montse y Nieves! Por lo mucho que me habéis enriquecido a lo largo de este año.

 

Marta García Monforte

Terapeuta de Flores de Bach y Reiki.