Hace 19 años empecé la búsqueda para saber quien era. Empecé mi gran crecimiento interior. Una búsqueda que poco imaginaba que como resultado iba a ser el más maravilloso viaje que podía realizar. Pero como todo buen viaje, para llenarlo de experiencias,  tienen que haber caídas  para poder volver a levantarse…

 

Es decir en todo buen viaje, tienen que haber algunas anécdotas que nos lo hagan pasar mal, para poder contar algo con lo que reír con el paso del tiempo.

Cuando empecé mi búsqueda, cayó en mis manos un libro de Louse L. Hay en el que hablaba del poder de las afirmaciones. Yo como en aquellos momentos todo iba mal (trabajo, pareja) en fín los dos paneles más importantes cuando tienes 26 años, me hice la siguiente afirmación:

«Mi vida está llena de paz, amor, alegría y optimismo. Todo es felicidad en mi vida«.

Me parece que hasta el momento nunca he dicho una mentira más grande, como crear esta afirmación en aquellos momentos de mi vida en los cuales lo único que tenía era ganas de morirme, porque no sabía como lidiar con todo lo que me estaba pasando. Pero ahora soy consciente de que trás 19 años, y analizando palabra por palabra, ¡lo he conseguido!. Y tan sólo lo he conseguido en un tiempo bastante corto, comparándome con la mayoría de la gente que mueren sin saber quienes son, o muchos que empiezan el camino y al comprobar la dureza, desisten. Mucha gente me ha definido como una guerrera, cuando yo me veía cobarde porque en lo único que pensaba era en abandonar el camino del crecimiento.

No entendía como me veían de una forma, que yo era incapaz de verme. Ahora, tras el paso de los años entiendo lo que me decían. Porque realmente el guerrero es aquel que a pesar de las trabas que surgen en su camino, continúan luchando por aquello en lo que creen. Hasta hace una semana yo luchaba por seguir avanzando para autoconocerme. Ahora desde hace una semana he decidido trasnformar en mi vida,  la palabra lucha por dejarme fluir. Creo que ya ha llegado el momento de saber vivir todo lo que he conseguido en este recorrido de mi vida

Para llegar a conseguir lo que tengo, tuve que perder todo lo que tenía, ahí fué el detonante que me llevaría a realizar mi gran crecimiento interior.  Para llegar a ser quién soy, tuve que abandonar una gran mayoría de patrones que me impusieron en la escuela y mi familia, tales como: «en la vida todo cuesta», «estamos aquí para sufrir», «hay que aprender con palos», «todo cuesta mucho», «cuando llegas a los 40 empiezas a envejecer», etc.

Ahora puedo ver mi vida como la del pastor del libro «El Alquimista. De Paulo Coelho»,  que tuvo que dejar sus obejas y su pueblo (su seguridad), para ir detrás de su sueño que era encontrar un tesoro. Y al llegar donde su sueño le decía que estaba el tesoro, descubre que el mayor tesoro es el viaje que ha realizado. Pués así me siento yo ahora. Empecé por mi afirmación. He recorrido todo mi viaje para vivirla y por fin conseguir mi mayor tesoro «saber quien soy» y seguir conociéndome más día a día, y vivir mi vida en consonancia con quien soy, con lo que me gusta y con mis pensamientos.

Analicemos mi afirmación:

Mi vida está llena de paz: A pesar del caos que haya a mi alrededor, soy capaz de estar en contacto conmigo misma. De estar en paz. Y cuando me desbordo soy consciente de que es algo mío, y no de que los demás me lo han probocado. Observo mi exterior, veo como me afecta y cuando detecto el patrón negativo que me está afectando le envío amor, lo integro e inmediatamente vuelvo a estar tranquila.

De amor: Perdí un novio, para encontrar el amor de mi vida. Perdí la comodidad, para encontrar la emoción. Perdí la persona que siempre me halagaba, para encontrar al maestro que me recordaba diariamente las cosas que no quería ver de mi misma. Encontré al que hoy es mi marido.

Alegría: Actualmente mi vida es alegre y relajada, aún quedan pequeños restos del pasado, pero cada vez influyen menos y diariamente pierden la fuerza. Tengo una hija maravillosa que me hace feliz, tengo una perra que es un puro nervio que me hace reir, tengo una pequeña terraza que me ayudan a contemplar diariamente la belleza de la naturaleza, en medio de Barcelona y rodeada de obras de la nueva línea de tren el AVE. Tengo un negocio en el cual el trabajo que realizo me aporta una gran felicidad porque enseño a la gente lo que yo he aprendido de la vida.

Optimismo: Gracias a caerme y quejarme, gracias a sentirme mal y quejarme, gracias a comprobar como la vida ha sido dura conmigo, he podido aprender sobre la importancia de las palabras, de los pensamientos y lo más importante «de nuestros sentimientos». Y todo ello me ha llevado a buscar sobre la importancia de lo que pensamos y al encontrar la película «Y tú que sabes», leer el libro «El Secreto. De Rhonda Byrne», y leer a Joe Dispenza, he podido ver la suma importancia de ser optimista y dejar de sentirme «víctima del destino». Y hoy por hoy me siento una mujer optimista. ¡Pero me ha llevado su tiempo aprenderlo!.

Todo es felicidad en mi vida: Ahora estoy en ello, sintiendo como la vida es un fluir. Realizando nuevas conexiones neuronales como dicen en «Y tú que sabes», que me ayuden a sentirme feliz pase lo que pase en mi vida. Tengo un 70% logrado, lo cual es mucho cuando empiezas desde mínimos. Pero aún considero que me queda un 30% para seguir acercándome a este propósito de mi vida. Y cómo siempre he sabido, sé que lo estoy consiguiendo porque en mi exterior empieza a materialzarse.

Así que hoy puedo decir que Yo Montserrat Oliveros, sé que soy yo y no los pensamientos de quién he de ser, soy lo que yo quiero ser, y no lo que me han dicho que he de ser, y que me apasiona enseñar a la gente como recorrer su camino, guirlos con mis experiencias, pero siempre indicándoles que el camino lo recorren ellos solos, y que cuando se caen los únicos que pueden decidir salir adelante y seguir son ellos mismos.

A todos los que habéis leído esta experiencia que he compartido con vosotros, os doy las gracias.

A todos lo que queráis compartir mi experiencia, os doy las gracias.

Y a todos los que decidáis empezar este viaje o decidáis seguir nuevamente adelante, os digo» ¡ánimo!, vale la pena».

Montserrat Oliveros González

Maestra y terapeuta de Reiki y de Flores de Bach