Al igual que Paracelso, Hahnemann sabía que la enfermedad no podía existir si nuestro espíritu y nuestra inteligencia estuvieran en armonía.
Fue por esto por lo que se puso en busca de remedios que pudieran sanar nuestro espíritu, trayéndonos así paz y salud.
Hahnemann (…) disponía únicamente del tiempo que puede dar de sí una vida y , por eso, ahora nos toca a nosotros retomar sus investigaciones en el punto que el lo dejó. Tenemos que continuar su trabajo sobre la curación absoluta, cuyos fundamentos ya había creado y cuya obra había comenzado de forma tan digna.
Edward Bach, Creador de Las flores de bach
SOIS VICTIMAS DE VOSOTROS MISMOS
(Conferencias en Southport, febrero de 1931)