Los que vais leyendo este blog regularmente, ya sabéis que de tanto en tanto me gusta explicar mis vivencias, sobretodo con el reiki, o incluso las circunstancias que me hacen tomar conciencia de alguna parte de mi vida que tenía bloqueada.
El pasado miércoles 21, en mi sesión de coaching, mi coach mi hizo tomar conciencia de algo que fue un poco doloroso. Tomé conciencia de que a pesar que desde mi primera iniciación con Reiki, mi vida cambió, y desde entonces mi vida gira en torno al Reiki Do (camino del Reiki), que además me apasiona hacer reiki, que me siento feliz compartiendo y enseñando Reiki, que me siento feliz haciendo reiki a las plantas y a los animales. En fin que el Reiki es muy importante en mi vida. Me di cuenta de que una parte de mí seguía escondiendo el Reiki en mi entorno más cercano.
Lo escondía en el aparador que da a la calle donde tengo mi Centro de Terapias (actualmente mi escuela). Lo escondía con mis amigos. Lo escondía con mi familia. Siempre que alguien me preguntaba como iba el Centro, hablaba de las otras terapias y masajes, y el Reiki lo hablaba de pasada. Todo ello por temos a ser juzgada de persona rara.
Pero hoy, abro mi corazón al mundo entero y digo: «Yo soy Maestra de Reiki», «He aprendido sobre la sabiduría del Reiki». «El Reiki me ha ayudado a encontrar mi sabiduría interior». Y sí, soy rara por enviar Reiki al planeta. Soy rara por enviar reiki a las personas enfermas. Soy rara por enviar reiki a la naturaleza para que los árboles nos ayuden a seguir respirando. Soy rara porque cuando veo una paloma malherida o cualquier otro animal por la calle, les hago Reiki. Soy rara porque cuando mi hija está enferma le hago Reiki para que suban sus defensas, y si la dolencia continúa entonces decido ir al médico. Soy rara por «Ser y actuar como un SER HUMANO». Soy rara porque enseño a la gente a ser mejores personas a través del camino del amor y del perdón.
Hace 2000 años una gran persona fue crucificada por actuar y predicar de esta misma forma: Jesús. Y hoy en día, a las personas que seguimos este camino no se nos crucifica, pero se nos tacha de raros. Así que yo me pregunto ¿dónde hemos avanzado como Seres Humanos? ¿Dónde está la diferencia entre las personas de hace 2000 años y nosotr@s?.
Suerte tenemos de que las generaciones más jóvenes si que entinden este mensaje, y que ellos están ayudando a implantar estos cambios.
Gracias por leer mi artículo.
Montserrat Oliveros González
Directora Escuela Hermes7