Seguramente habréis escogido leer este artículo para poder conocer un poco mejor a mis maestros de Reiki. Pero a parte de tener tres maestros físicos que fueron Satyana Borella, Joshua Sàtshu y Joshel, quienesEquilibrio en la naturaleza por  Centro Hermes7 me enseñaron sobre el Reiki todo lo que sé a nivel mental y a conectar con mi Ser energético. En este espacio quiero hablaros sobre mis otros grandes maestros.

Fueron maestros cotidianos, maestros que muchos de vosotros tenéis a vuestro alrededor y no habéis sabido ver. No he tenido que hacer ningún viaje iniciático donde un maestro oriental me enseñara todo lo que el día a día de mi vida podía enseñarme. No he tenido que buscar a maestros espirituales de renombre para así sentirme con una seguridad para luego poder decir «mi maestro espiritual fué…». No he tenido que irme a vivir años a la India u otros países de este nivel, y que muchos de vosotros sabéis que tampoco podéis hacerlo.

Mi gran maestro ha sido «La Vida«. Me ha costado mucho tiempo darme cuenta de todo lo que «la vida» me ha enseñado a través de ruinas, paro, soledad, tristeza, depresión. Me ha costado mucho darme cuenta de que  estas vivencias cotidianas son las que han hecho de mi una «Maestra de Reiki para el día a día», «Una profesora de Flores de Bach que siempre va con ellas a todas partes». Estas experiencias son las que me han hecho llegar a ser quien soy: Mujer, Esposa, Madre, Empresaria, Maestra de Crecimiento Interior, Amiga, … y todo lo que seguiré creando dentro de mí, porque sé que los límites sólo puedo marcarlos yo, y hace tiempo que dejé de crear límites en mi vida.

Mi primer maestro fué mi «depresión«. Una depresión creada tras quedarme en el paro con 26 años, después de estar trabajando como secretaria desde los 18 años. Todo ello unido a una ruptura sentimental. Gracias a mi depresión, lloré, recé, supliqué a Dios, y ahora entiendo que con estas súplicas lo que hice fue activar mi poder interior de empezar a atraer a mi vida, nuevas ideas y nuevas formas de vivir, porque cada noche lo que yo pedía «era ser feliz». Y para ser feliz, debía desprenderme de todas las malas hierbas que tenía en mi cabeza con pensamientos innecesarios basados en una forma de vivencias y prejuicios como me habián enseñado en casa y en el colegio. Pero me estaba llegando el momento de empezar a vivir la vida que yo realmente quería vivir. Aquí fué donde empezó mi viaje de «conocimiento interior».

Tras salir de mi depresión y empezar a estudiar Reiki, Flores de Bach y Masaje, conocí a mi segundo maestro: «la angustia económica» que acabó en ruina económica. Monté mi primer Centro de Terapias Naturales que se llamaba Andromeda. Partí del desconocimiento de como gestionar un negocio. Mi pensamiento generador de este negocio fué «querer ayudar a la gente», así que me dediqué a hacer terapias a gente que no podían pagar pero a quien yo  quería ayudar, a veces habían productos de dietética que los cobraba a precio de coste porque yo quería seguir ayudando, y pensaba que así lo hacía. Así que teniendo en cuenta que a final de més tenía unos gastos elevados, que no sabía gestionar el negocio, y que muchos de mis servicios los regalaba, acabé «Arruinada», pidiéndole a mi madre que me comprara comida a final de més, y fue por ello que decidí cerrar mi negocio, muriendo ahí todos mis sueños.

Pero entonces apareció mi siguiente maestro «la esperanza«. Apareció una clienta que me hablo de una sala que alquilaban cerca de mi Centro, donde me cobraban un alquiler bajo y podía seguir manteniendo mis clientes. Ahí volví a tener ilusión por seguir adelante con esta nueva profesión de terapeuta a la que amaba. También en este tiempo conocí al que ahora es mi marido, y las cosas empezaron a mejorar. Entendí que todo lo que construimos ha de tener una base sólida, porque como dice el refrán «no se pueden construir castillos en el aire». Gracias a vivir la ruina, entendí que debía valorar mi tiempo y mi trabajo, y además entendí que al igual que todos mis cursos me habían supuesto un gran esfuerzo económico ya que los hice estando en el paro, entendí que ese mismo esfuerzo debían vivirlo las personas que realmente querían hacer algo con sus vidas. Ya que los Seres  Humanos, valoramos todo aquello que nos ha supuesto un esfuerzo. Todo lo que vienen fácil,  no se valora y por consiguiente tal y como viene se va.

Posteriormente he vivido muchas nuevas experiencias y aventuras. Una de ellas es que me casé y  tuve a mi hija, a quien me he dedicado con todo mi amor a verla crecer y a entregarle lo mejor que tenía dentro de mí: «mi amor hacia ella». Así que llevar mi actual Centro/Escuela Hermes7, llevando al mismo tiempo una familia adelante. Poder asistir a todos los festivales infantiles de su colegio y estar presente en todos sus momentos importantes, ha sido una tarea multifuncional. Y todo ello ha creado a la maestra de Reiki y de Flores de Bach que soy actualmente, cuyas experiencias y vivencias son la clave del éxito de mis cursos. Son la clave de los alumnos que deciden hacer los cursos conmigo.

Por fin he entendido que aunque por una parte hay muchos alumnos buscando el tipo de maestro espiritual con un gran conocimiento a nivel de técnicas respiratorias, de meditación y un sinfín de conocimiento oriental.  También hay alumnos que buscan profesores como yo . Cuyas experiencias  diarías sean la fuente de su sabiduría, cuyas dudas sean la inspiración de la búsqueda de conocimientos. Personas que sean amas de casa, mujeres trabajadoras, madres, esposas, personas que puedan compaginar su vida cotidiana con los conocimientos de técnicas energéticas y espirituales y que puedan enseñarlas desde este punto de sencillez y del conocimiento de que «dentro de cada uno de nosotros, está todo el poder para realizar lo que verdaderamente deseamos».

Os agradezco de todo corazón que hayáis leído este artículo, porque escribir y compartir es una de las claves que me hacen sentirme feliz.

 

Montserrat Oliveros González

Maestra y Terapeuta de Reiki  y Flores de Bach en Hermes