Recuperamos un artículo del blog de Women’secret que esperemos os ayude a descansar mejor a aquell@s de vosotr@s que os sea más difícil conciliar el sueño:  

photo © 2005 ruurmo , Flickr

 ¿Problemas a la hora de conciliar el sueño? ¿Te pasas el día durmiéndote por las esquinas? ¿Te levantas con una inexplicable sensación de cansancio? El momento de irse a la cama es clave para conseguir una noche de descanso completo. Hoy te damos algunas pistas para ayudarte a dormir mejor esta noche. ¡Buenas noches!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Apaga las luces: nuestro organismo identifica las luces como una señal de que debe permanecer despierto. Media hora antes de acostarte, empieza a bajar la intensidad de las luces para que el cerebro se vaya haciendo a la idea. Se duerme mejor en total oscuridad. Si no tienes persianas, usa antifaces para dormir.   Prepara la habitación: aunque seas friolera, no debes dormir en una habitación en la que haga calor. La mejor temperatura para dormir es de unos 22 grados. Es mejor irse a la cama con un pijama largo, que te abrigue y te de el calor justo, que calentar la habitación demasiado para poder dormir en tirantes. Eso evitará que te despiertes por la noche sin que sepas por qué, por el calor. Lo mismo en la época de calor: no duermas con el aire acondicionado encendido: enfría la habitación a una temperatura que te permita conciliar el sueño bien, no más.   Utiliza ropa de algodón o fibras naturales: tanto en la cama como en la ropa con la que te acuestas. Si eres muy nerviosa y te mueves mucho durante la noche, evitarás de esa manera la electricidad estática y tus músculos se relajarán con mayor facilidad.   Aromaterapia: si normalmente te cuesta más de veinte minutos o media hora conciliar el sueño, te recomendamos que tomes una infusión de tila, manzanilla o vainilla antes de acostarte con el fin de ir relajándote. Además, puedes aromatizar tu cama con extracto de lavanda o vainilla, o incluso tomar un baño caliente con extracto de naranja mientras haces respiraciones relajantes. Evita la televisión y el ordenador en la cama, así como la música muy intensa. Y por supuesto, destierra el móvil de tu habitación, aunque duermas con él en modo silenciado. Las ondas que emite pueden modificar tu sueño.   Olvídate de consumir bebidas excitantes a partir del medio día: la cafeína, el tabaco o el café y el té consumidos a lo largo del día pueden ser los responsables de que estés nerviosa por la noche y no te puedas dormir. Tienen un efecto acumulativo que puede afectarte pasadas unas horas después de su consumo. Pueden hacer que te despiertes varias veces durante el sueño, con lo que no descansas bien. Trata de moderar su consumo y, sobre todo, evitarlos después del mediodía.   Practica técnicas de relajación: Solemos irnos a la cama con un montón de preocupaciones. Cosas que nos han pasado y asuntos que tenemos pendientes para el día siguiente. Trata de relajar la mente y calmar tu estado interior mediante sencillas técnicas de relajación y respiración.   Hazte reiki: El Reiki es una técnica (considerada medicina complementaria en Japón) que trata de lograr la sanación a través de la imposición de manos para canalizar la energía universal. No hace falta que seamos expertos en la materia ni que hayamos recibido previamente una sesión de manos de un profesional, puedes emplear algunas sencillas técnicas de Reiki en puntos clave de tu cuerpo. Por ejemplo, aplica las palmas de las manos sobre el esternón y el pecho y haz círculos en sentido de las agujas del reloj mientras respiras y te concentras en ese movimiento y en la energía que estás moviendo. Estaremos moviendo la ansiedad acumulada con el fin de disiparla, respirar mejor y tranquilizarnos para conciliar el sueño.