En tu cuerpo y en tu cara se refleja la historia de tu vida y tus emociones.

Tu cuerpo es tu aliado, no tu enemigo. Incluso el dolor y otras molestias físicas son mensajes que hay que saber escuchar. Aprende a convivir con el dolor y a interpretar sus mensajes.

Platón decía que el cuerpo es una cárcel para el alma. Y sin embargo, también es su aliado. Y su mensajero. El cuerpo nos comunica (a veces a gritos y hasta el dolor) los mensajes del alma (o de la psique, si quieres) que tozudamente nos negamos a escuchar, para proteger un estatus de vida que, aunque insano, nos resulta cómodo y nos resistimos a abandonar. Y entonces, cuando no nos gusta su mensaje (el dolor o una enfermedad) corremos raudos a eliminarlos como si fueran el enemigo. Y así es como perpetuamos el malestar producido por una vida equivocada.

David Ponce, osteópata y fundador de la clínica que lleva su nombre, nos lo explica en su libro “El dolor de espalda y las emociones” y en esta entrevista.

¿Qué quiere decir que el cuerpo llora las lágrimas que los ojos se niegan a derramar?

Esta expresión de Sr William Osler, el padre de la medicina moderna, deja bien claro el concepto holístico e integrador del organismo humano en el que los sentimientos reprimidos de dolor, angustia, rabia, miedo, etc., harán mella de un modo u otro en nuestro cuerpo en algún momento de nuestra vida y en algún órgano u otro, dependiendo de nuestra debilidad. La falta de expresión emocional afectará a nuestra salud de manera corporal.

En la introducción, Víctor -M. Amela viene a decir que nos invitas a sentir el cuerpo “no como onerosa carga sino como ligeras alas con las que subir más alto y llegar más lejos”. ¿Cómo usar el cuerpo para subir más alto y llegar más lejos?
Nuestro cuerpo humano es un terreno virgen donde abonamos y sembramos durante toda nuestra vida aspectos negativos y positivos desde el ámbito emocional y físico; el cuerpo tiene la capacidad innata de autocuración y regulación si le dejamos trabajar. El ejemplo más claro es que nuestra sociedad está enferma, genéricamente hablando, y eso hace que inundemos a nuestro cuerpo de tóxicos ambientales que provienen de un entorno enfermo.

¿A qué tipo de tóxicos se refiere?

Proceden de múltiples fuentes: la comida, los gases invernadero, el tabaco, los metales pesados en nuestra boca, en el agua y en los alimentos, etc. Todo ello va mellando la salud y la energía de un cuerpo que en sí mismo está muy preparado y es autosuficiente, si se le cuida bien. Es fácil cuidar de nuestro organismo pero no lo hacemos porque nos cuesta creer que esos graves problemas de salud que de repente sorprenden a la gente de nuestro alrededor nos pasarán a nosotros. Hay gente que ataca y agrede durante 50 años de su vida a su cuerpo y luego se extraña de que le aparezca un cáncer o si padece un infarto. Lo repetiré mucho y no me cansaré: come sano, haz ejercicio, descansa correctamente y mantén estabilidad emocional; ésta última es la que cuesta más.

La estabilidad emocional es la que más cuesta. Y sin embargo, las emociones también se manifiestan en el cuerpo, al igual que las creencias y los hábitos de pensamiento. ¿Cómo?
Sólo tiene que mirar la cara de las personas que vemos a nuestro alrededor a diario, para darnos cuenta de que, por circunstancias personales en el ámbito emocional o físico, dejan rastro de la vida que hemos tenido y cómo hemos cuidado nuestro cuerpo. El fumador tiene su cara grisácea, falta de oxígeno; el amargado tiene su piel de un tono amarillento, fruto de su mal funcionamiento hepático; el colérico o sulfúrico destella rojez en su tez, indicativo de su carácter violento y cardíaco… y así podríamos describir miles de ejemplos. Deme una cara y un cuerpo y le diré cómo es y como siente.

Respecto al cuerpo, ¿es en el esqueleto donde más huellas deja nuestro estilo de vida?

No solamente el esqueleto, sino también en órganos que se relacionan con infinidad de comportamientos, sufrimientos y situaciones emocionales especiales. Pero sí es cierto que el esqueleto, y en concreto nuestra columna, es el eje por el que todo impulso nervioso de cualquier acción de nuestro cuerpo humano se regula, por lo que cualquier zona por la que circula la energía en forma de sistema nervioso (todo) es susceptible de alterarse.

¿De qué manera las emociones se manifiestan en la espalda?

Generando tensiones, contracturas musculares de diversa intensidad y sobre todo alterando la movilidad articular de nuestra columna, perjudicando al fluido de líquidos y energía.

¿El dolor nos avisa? ¿De qué?

El dolor es amigo fiel como el perro vigilante de nuestra casa ladra y nos avisa de un peligro, de un daño a reparar después de analizar previamente el problema. Por eso es un error acallar el dolor. Si al dolor lo anestesio con fármacos, ¿de qué me sirve? Está claro que la tolerancia del dolor debe ser soportable, pero en nuestra sociedad la medicación inmediata al mínimo dolor es una realidad que llena las arcas de la industria farmacéutica y arruina nuestro sistema de defensa. Hoy muere más gente por úlcera duodenal, que es un efecto secundario de los fármacos, que de sida, por poner un ejemplo.

Usted insiste en que es necesario conocer el dolor y saber convivir con él. Eso no significa que nos resignemos a vivir con el dolor crónicamente. ¿Qué significa exactamente?

Significa que hoy, aunque padezcamos enfermedades crónicas, podemos vivir sin dolor o con una atenuación de éste simplemente siguiendo unos hábitos correctos de salud.

¿Como por ejemplo?

Del control mental del dolor se ha escrito mucho y sabemos que incluso se hacen intervenciones quirúrgicas y actuaciones dentales con acupuntura, hipnosis y otras técnicas, pero sin llegar al extremo de estos posibles dolores, la convivencia del dolor con tratamientos naturales es posible, mejoran y alargan la vida de los pacientes.

¿De qué manera la relación entre la mente y las emociones afecta al sistema inmunológico?

La Psiconeuroendocrinoinmunologia es la ciencia que ha demostrado esta relación directa entre cómo pensamos y vivimos nuestras emociones, tanto negativas como positivas, y éstas podrán alterar las defensas, la producción hormonal y el estado general del organismo en mayor o menor grado. ¿Quién no se ha resfriado después de una época de estrés puntual, quien no ha enfermado radicalmente el día del inicio de unas vacaciones o del fin de semana esperadísimo? ¿Cuántos pacientes he visto padecer cáncer después de estar expuestos durante años a situaciones emocionalmente graves y sin capacidad de digerirlas?…

¿De qué manera estas situaciones de crisis pueden afectarle al corazón?

El corazón entiende de emociones como canta nuestro amigo Alejandro Sanz, infinidad de expresiones de amor y odio pueden reflejarse en este órgano anatómicamente conectado a nuestro tálamo y amígdala cerebral, que son el filtro de nuestras emociones diarias. Hoy nadie pone en duda el infarto de miocardio por estrés, por desamor, por pérdidas de seres queridos, por rupturas matrimoniales, etc.

¿Cómo mantener un corazón sano?

Con ejercicio y buena alimentación, con un descanso reparador y, sobre todo, dando a los demás sin esperar nada a cambio. En la 1ª carta de San Pablo a los corintios está la clave. El cerebro entonces se beneficiará de todo ello.

¿Cómo mantener un cerebro sano?

Con lo mismo que el corazón, pero practicando algo de meditación periódicamente para limpiarlo de todo lo tóxico que nos rodea a diario: ruido, gritos, discusiones, humo, contaminación, aditivos, televisión, fármacos, odio, rabia, rencor y falta de perdón.

¿De qué manera todas estas pautas insanas afectan a los intestinos?

El intestino es el mayor productor de serotonina, la hormona de la felicidad y el placer. Si nos angustiamos y nos bajan los niveles de serotonina, esto le acaba afectando al organismo en general. ¿Qué es antes, una mala digestión o una frustración? Quizás una precede a la otra y no pueden separarse.

¿Cómo mantener unos intestinos sanos?

Comiendo fruta y verduras y eliminando azúcares, grasas saturadas y exceso de proteínas e hidratos de carbono, bebiendo mucha agua y haciendo ejercicio para activar el peristaltismo.

¿Cómo le afecta la dieta a lo que pensamos? ¿En qué consiste una dieta sana que active un buen humor?

Es imprescindible dejar los excitantes alimentarios como el azúcar y los refinados, que producen falta de concentración y pueden llegar a producir depresión. Paradójicamente, lo mismo que nos deprime se convierte en refugio de la depresión; grasas y productos refinados sólo consiguen fomentar la decepción y el cansancio y finalmente no dejan que la persona y su organismo reaccionen. Coge todo eso, aliñado con antidepresivos y medicamentos para la ansiedad y para dormir, y ya tenemos el cóctel perfecto para crear el círculo vicioso cerrado, difícil salir de él pero no imposible.

¿Qué tiene la comida que tan a menudo la convertimos en un refugio?

Tiene azúcar, que de entrada da placer pero nos perjudica después; y en muchos casos, los alimentos gratificantes como el chocolate, la carne y la leche contienen triptófano, precursores de la serotonina, que es la hormona del placer. Es curioso ver que las personas que no mantienen relaciones sexuales satisfactorias o en su vida falta ilusión, buscan refugio en la comida para obtener dosis diarias de placer. El problema es que uno consume calorías y el otro engorda. ¿Funciona? Solo parcialmente. Como hemos dicho, puede perjudicarnos al no ajustar las dosis de estimulación de serotonina. Hay que saber comer para vivir bien, en vez de vivir para comer mal. Al final el cuerpo llora.

¿Descansar mal es un síntoma? ¿De qué?

Descansar mal puede ser síntoma de muchas cosas, pero básicamente si preguntamos a las personas cuándo duermen mal, la mayoría contestan que por que sus pensamientos y preocupaciones que no dejan de atormentar su cerebro. Comer copiosamente y no realizar nada de ejercicio no ayuda a compensar lo que debemos quemar con lo que debemos ingerir, y esta desproporción provoca colesterol, ácido úrico y subidas del azúcar, y como consecuencia el insomnio.

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