¿Cómo entenderlo si no creo?
(…) Durante todo el tiempo que duró mi trabajo con él, también lo dediqué ha hacer terapias con Reiki; con lo cual mi experiencia constantemente crecía, y esto hacía que algunas de las dudas fueran aclarándose poco a poco. Pero, a medida que unas dudas se iban aclarando, nuevas preguntas surgían alrededor de mis experiencias, y aún en el día de hoy las dudas siguen surgiendo.
Cuanto más Reiki me hacía yo misma, o recibía de otras personas, las sensaciones iban siendo cada vez mayores. Tenía la sensación de como me iba volviendo cada vez más sensible a mi entorno. Era como si la energía de las personas me hablara.
Empecé a darme cuenta de cuando podía confiar en alguien y cuando no (o sea lo que llamamos intuición, y nos ha sucedido a la mayoría de personas, sin estar trabajando con energía). La diferencia es que estas sensaciones no podía eludirlas porque las sentía dentro de mí.
Y actualmente me ayudan mucho para saber por donde ir, o qué hacer. Algunas veces no son claras, pero cuando esto sucede, también se que es el momento de no actuar, de parar, relajarme y meditar. De esta manera entro en contacto con mi interior, y desde este punto consigo ver las cosas desde otra perspectiva.
Esto mismo que me sucede a mí, he visto como le sucede a muchos de mis pacientes que reciben Reiki. Incluso en pacientes que siguen haciendo Reiki porque notan un cambio en sí mismos, pero según me comentan cuando intentan entenderlo, no pueden explicarlo a través de su conciencia mental.
Y son estas sensaciones las que quiero recalcar. Son sensaciones que aunque no se pueden entender, si que se pueden sentir. Y Reiki simplemente es esto. Sentir.
Además de volverme más sensible, como terapeuta Reiki me ha ido proporcionando con el paso de las años, un despertar de la clarividencia. Y no quiero decir con esto, que me haya vuelto vidente. Simplemente que al volverme más sensible, y con una mayor capacidad de sentir, a veces puedo ver situaciones en la vida de la persona, que al comentársela y ella comprender de que hablo, nos ayuda en el trabajo de desbloquear sus conflictos. Es como si tuviera, en función de lo que la persona tiene que trabajar, acceso a su banco de acontecimientos olvidados.
También se ha desarrollado en mí la capacidad de ser más paciente y más tolerante. No hay que entender por ello, que haciéndome Reiki, de repente me he vuelto más paciente. Sino que a medida que en los últimos años me he ido haciendo Reiki, y despertarse en mí la conciencia de que soy yo quien provoca las situaciones de mi entorno. También he sido consciente de que si yo estoy nerviosa, provoco un bloqueo energético que impide que pueda comprender el problema desde un punto de vista objetivo. Por lo que si dejo que la situación ó problema me invada, no puedo solucionar la causa del conflicto, porque me recreo en vivir sólo el problema. Al estar nerviosa, no puedo ver otras posibilidades.
Entonces es cuando me estiro, me empiezo a hacer un autotratamiento, y siento como a medida que voy haciéndome Reiki, voy relajándome. Es la sensación, muchas veces, de cómo si saliera de mi cuerpo. Y en eses momento intento ver las posibilidades de solución que tiene ese problema.
Con el paso de los años, una de las conclusiones a la que he llegado, es que la paciencia, es una de las claves para ser feliz. Muchas veces los problemas, no tienen solución en el momento que nosotros deseamos, pero si dejamos que pase el tiempo, a veces cuando menos lo esperamos, encontramos de la manera más sencilla, la solución.«Muchos de ustedes estarán pensando que, lo que les acabo de explicar lo sabe todo el mundo. La diferencia está en saber pasar ese tiempo tranquilamente o con una gran ansiedad.»
Si sabemos pasarlo tranquilamente, luego cuando encontramos la solución, estamos preparados para el momento bueno que se nos presenta. Pero si lo pasamos con angustia y ansiedad. Cuando ese buen momento aparece, estamos tan cansados y amargados que, no sabemos aprovecharlo.
Una vez en una meditación, tuve como una visión de lo que es un problema. A continuación les explico:
» Un problema es como una tormenta. Si la tormenta la pasas con un flotador, y te dejas llevar por ella. Al finalizar, tendrás algunas magulladuras, pero tendrás fuerza para salir del mar. Pero si la tormenta te la pasas luchando contra las olas, cuando ésta acabe, estarás tan cansado y lleno de heridas, que si las fuerzas no te responden, te hundirás.»
Les aseguro que esta visión, me ayudó a comprender el efecto de Reiki. Reiki no te salva de la tormenta, pero te permite afrontarla con tranquilidad y con esperanza. (…)
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