Nuevamente, tengo otra experiencia de una alumna de primer nivel de reiki que nos ha regalado unos momentos de su tiempo, para compartir su experiencia con el curso de Reiki.
A continuación os trascribo el escrito tal cual me lo ha pasado:
«Cuando se es niño hay una parte de magia del universo y sabiduría innatas que, en mayor o menor medida de conciencia todos llevamos en nuestro ser. Y que vamos olvidando conforme cumplimos años, cuando nos vemos forzados a adoptar la forma de ver la vida que el entorno considera «normal». Esto es sumamente alienante en ocasiones.
Pues bien, cuando decides que ya ha sido suficiente, que el corazón se ahoga y que debes volver a reencontrarte con tu ser y con muchas más cosas que dejaste olvidadas, empiezas a buscar y a pedir ayuda al universo y a dejarte fluir poco a poco. Y poco a poco vas recibiendo regalos. Pequeñas pistas, grandes chivatazos, enormes regalos de luz. Uno de estos regalos ha sido mi iniciación al reiki, algo que un buen día me «soplaron» que debía hacer y a lo que era bastante reacia ya que me tiraba para atrás cuando leía según que conceptos como linajes, grados, todas estas palabras me hacían resistirme ya que me recuerdan cosas que me resuenan de manera negativa…. jerarquias, pedigree …. (pensaba qué es todo esto? un concurso de a ver quien tiene un linaje más puro como si fuésemos a competir? esta gente se ha colgado cómo otra peña con juego de tronos? o como los concursos que hacen con los perros?)
Y finalmente, buscando, encontré a Montserrat, y algo me dijo que estaba donde tenía que estar y que la búsqueda había acabado. Así que me dispuse a hacer mi iniciación con ella. Y todo fué fácil, fluido, natural y familiar. De repente comprendí que todo consistía en volver a mí, a sentir mis manos cómo hacía años no tenían fuerza, no sé explicar muy bien, pero todo resonó y se iba poniendo en orden con el alma. El reiki me está ayudando mucho a reconectar y encontrar paz para seguir en el camino de vuelta al punto donde me perdí. Agradezco al universo el enorme regalo que me ha vuelto a brindar y a Montserrat el día tan especial que viví.»
Gracias por leer esta vivencia compartida para todas vosotras
Montserrat Oliveros González
Directora de Hermes, Centro de terapias naturales