Cuando me inicié en el Reiki, solo me hacía Reiki a mi misma y cada vez me sentía más fuerte y llena de energía. Cada vez me quería y me valoraba más. La verdad es que mejoré mucho y crecí interiormente, lo que me llevó a mejorar mis relaciones con mi entorno. Poco a poco me sentía más cómoda con esta terapia y empecé a enviar Reiki a todo aquello que veía carente de amor y desmejorado. Iba por la calle enviando Reiki, sin importarme a quién llegará. Reiki es una energía inteligente, con lo que llegaría a quien lo necesitara.

Al cabo de un tiempo, cuando veía a mis hijos bajos de energía les hacía Reiki.
Era sorprendente, porque cuando les ponía las manos encima durante un rato se quedaban quietos y se dejaban hacer. Después se empezaban a mover o se iban. Yo era capaz de hacerme sesiones de Reiki de más de una hora, pero ellos no aguantaban ni siquiera media, solo cuando estaban agotados o enfermos. Los niños necesitan menos tiempo de Reiki, porque ellos están mucho más cargados de la energía del amor que los adultos. Su recarga es más rápida, porque al ser más puros y menos falsos, están más cerca de la Energía Universal.

Mi particular forma de verlo, es que al nacer todos nos conectamos automáticamente a la Fuente Universal, pero a medida que crecemos, vamos ensuciando el canal que nos une a esta Energía, hasta que queda embozado por completo. Es entonces cuando necesitamos que un maestro de Reiki nos abra el canal de nuevo. Yo estoy enseñando a mis hijos a conectarse con la Energía Universal, antes de que se les emboce el canal totalmente. Es un trabajo que hago poco a poco y sin que se den cuenta en exceso de ello.

Estar cargados energéticamente les va a ayudar su crecimiento exterior e interior. Es una herramienta más que van a poder utilizar en su desarrollo y para su propio bien. Si a nosotros como padres nos ayuda y nos hace crecer interiormente, creo que es justo y les servirá de gran ayuda a nuestros hijos. Ellos gastan mucha energía en su aprendizaje por la vida, y tener un modo de autorecargarse, les puede ayudar mucho. En caso de ser niños con necesidades especiales, realizar una terapia de Reiki con un buen profesional, también les puede ser muy útil.

 

Marta García
Alumna de Reiki en Hermes cuida’t i apren