Un experimento:
Pusieron dos vasos de sangre aislados por un cristal que no alteraba la frecuencia de la luz solar. En uno pusieron un agente patógeno, y la sangre produjo anticuerpos. Al cabo de una hora, el segundo recipiente también los produjo. Luego interpusieron un vidrio que alteraba la frecuencia de la luz solar.
Y el segundo vaso no produjo anticuerpos…
Exacto, y esto significa que la luz es capaz de transmitir una información, sobre todo a través de los rayos UVA y los ultravioleta. Ya ve, antes de dialogar con química, pensamientos y emociones, dialogamos a través de nuestra luz. Hay un idioma contenido en la luz capaz de influenciar nuestro metabolismo celular, nuestras ideas, nuestras emociones y los acontecimientos que nos ocurren.
Fuente: La Vanguardia. Extracto de una entrevista con Daniel Lumera, investigador de los efectos terapéuticos de la luz solar.